No tenía planeado hacer este post. De hecho la idea me resultó al revisar la última campaña de TOM FORD para su colección de otoño-invierno 2019/2020. Estaba eligiendo la mejor imagen para compartirla en el feed de IG del blog pero como dice el meme, "vine buscando cobre y encontré oro".
Toda persona medianamente aficionada a la moda conoce de la trayectoria e importancia en la industria del diseñador Tom Ford. Una carrera que comenzó a construirse desde su paso por Perry Ellis y luego por YSL; pero que tuvo su punto de inflexión al llegar a Gucci en 1994 como director creativo. De eso quiero hablar aquí, la transformación de la visión de Tom Ford comparando dos momentos específicos de su carrera: su colección otoño invierno del 96 y la de la misma temporada pero del presente año 2019.
Campaña publicitaria de Gucci by Tom Ford para otoño-invierno 1996. Imagen de Mario Testino. |
Era 1996 y del hombre que se hablaba en el fashion system era Tom Ford. Un héroe que con sus diseños salvó a Gucci de la ruina convirtiéndola en una de las firmas de lujo más grandes y de mayor ganancia del mundo, con un valor récord en la historia de la marca de 10 billones de dólares hasta su partida en el 2004.
¿Cómo logró ser Tom Ford un Rey Midas para Gucci?
“Mi ropa siempre es sexual, glamurosa, sobrepuesta, lacada, pulida. Tiene una calidad quebradiza hasta llegar a lo cristalino”, palabras del diseñador al describir su trabajo en Gucci.
El traje rojo de terciopelo es uno de los looks icónicos de Tom Ford en su paso por Gucci. Perteneciente a su colección otoño-invierno de 1996, que luego sería lucido por una joven Gwyneth Paltrow en la entrega de los premios VMAs de ese mismo año.
Ha pasado mucho desde entonces. Tom Ford dejó Gucci, abrió su línea homónima y la convirtió en una de las marcas norteamericanas de moda y belleza más relevantes. Se encuentra en la cúspide de su carrera siendo nombrado este año presidente del Consejo de Diseñadores de moda Americanos CFDA. Pero a pesar que han pasado 23 años, hay cosas que permanecen en el tiempo.
En 1996 Tom Ford vendía deseo. La tensión sexual en las miradas de sus modelos debía ser evidente en su campaña publicitaria. La lente maestra aquella vez fue la de Mario Testino. |
Un juego de seducción: miradas, roces, una figura masculina que corteja y una mujer que se deja cautivar.
Sin embargo en algunas de las imágenes de la campaña, la seducción corre por parte de la modelo Georgina Grenville. Toma la batuta y deja ver que la mujer Tom Ford no es sumisa.
Ahora pasemos a 2019. La campaña esta vez fue fotografiada por otro grande, Steven Klein y al menos cuenta con 3 historias pero me enfocaré en las imágenes más llamativas.
Un hombre bajo la hipnosis de una mujer que apenas puede alcanzar. ¿Es ella inalcanzable? Solo puede rozar su tobillo, por ahora. |
El sello Tom Ford ha madurado y se hace menos excesivo, además que claramente su clientela espera de la firma una mirada contemporánea al deber ser de una mujer en el siglo XXI. ¿Y cuál es su versión favorita de Tom Ford?
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