Siempre he dicho que ver con frecuencia imágenes pulidas y logradas por profesionales, educan el ojo. Mi definición de un 'ojo culto' es aquel que tiene la facultad de juzgar a profundidad la estética en todas sus expresiones, aquel que puede apreciar un buen ángulo en una fotografía o una pincelada clave en una pintura porque con antelación se ha preparado para ello. Cuando los ojos son cultos, están más cerca de descifrar el subjetivo concepto del buen gusto.
Nuestros antepasados se veían limitados a este aprendizaje estético, sólo las personas adineradas tenían acceso a adquirir o apreciar obras de arte. Afortunadamente los tiempos han cambiado y ahora las imágenes más hermosas están a nuestra disposición con tan sólo un click, al encontrarse alojadas en múltiples galerías virtuales en Internet. Esculturas, instalaciones artísticas, fotografías en todos los campos, pinturas escaneadas o imágenes digitales... está claro que en la actualidad lo visual no es un área limitada a expertos, la mayoría tenemos acceso a ello.
Páginas como Flickr, Tumblr y Pinterest permiten almacenar imágenes propias o incluso guardar virtualmente las que prefiramos de otros autores; lo mejor de todo es que esto se sigue superando a sí mismo. Instagram ha creado un nuevo eslabón en el acceso a lo visual, pues la famosa red social nos permite compartir de manera instantánea nuestra forma de ver el mundo. Aunque ha sido criticada por trivializar la fotografía, Instagram ha influido considerablemente en la estética; por esa incansable búsqueda de lograr imágenes auténticas.
Evocar nostalgia ha sido una de las claves del éxito de Instagram, pero siempre con un toque genuino; lograda con los populares filtros. Éstos añaden textura, color y efectos de luz a imágenes que originalmente no las tienen y que así pasarían desapercibidas. Supe que esto sería una revolución cuando publiqué aquí la editorial de moda #Instaglam de V Magazine en el 2012, completamente retocada en IG; o cuando justo un mes después vi que Elle Dinamarca tenía como portada una imagen muy 'verano estilo Polaroid' que ha cobrado fuerza con esta red.
En Septiembre del 2013, Vogue dio un paso más en la confirmación de la fuerte influencia de Instagram y creó la editorial #VogueInstaFashion, con el lente (o iPhone) de Michael O'Neal y las poses de Xiao Wen Ju, Arlenis Sosa y Hilary Rhoda.
En esta onda incluso influyeron los videos musicales de la cantante Lana del Rey como Video Games o National Anthem, donde priman los efectos de granulado (como las películas antiguas); por encima de la actual tecnología high definition. La re-popularización de los gifs animados caracterizados por ser pixelados también tienen cabida aquí, tanto que Twitter recientemente los incorporó en su plataforma y la marca Kenzo lanzó teasers de su reciente campaña para FW 14 en este tipo de archivo.
Este cómico gif es el primer teaser de la campaña de otoño 2014 de Kenzo, en total son 10. Pueden verlos todos en el blog de la marca.
¿A qué va todo esto? Les sigo contando...
Les hago esta extensa introducción porque desde hace días estaba rondando en mi mente la idea de publicar por aquí algunas cuentas en Instagram que se han robado mi atención, cuentas donde moda y arte se mezclan entre sí. En esas estaba cuando surgió la noticia de la nueva exposición de Richard Prince.
Prince es un famoso fotógrafo y pintor estadounidense, reconocido por el " concepto pop de la apropiación y la descontextualización como herramienta básica"*; y por eso le debe gran parte de su éxito al uso de imágenes de revistas y periódicos, que son yuxtapuestas e intervenidas por el artista. Ésta técnica llamada refotografía, no está exenta de críticas porque se dice estar escasa de valor artístico al apropiarse de trabajos ajenos.
Prince se dedicó a "cazar" imágenes, hacer screenshot y enviar los archivos por correo electrónico a un asistente; luego se recortaban, imprimían tal cual y se ampliaban. El toque final son los ingeniosos comentarios agregados por Prince. Digamos que el resultado es la evolución del arte Warholiano.
Al ser ampliadas estas imágenes de baja calidad que son capturadas con cámaras de celular, se pixelan y desenfocan. Esos pixeles borrosos son los puntos Ben-day (que relacionamos con el pop art) de nuestros días. Todo lo referenciado aquí puede enmarcarse en el emergente arte glitch**, donde los fallos digitales son tendencia***.
¿Y qué viene ahora? Tengamos los ojos abiertos. Las selfies son el pan de cada día, Marc Jacobs ya fue pionero en hacer casting para una campaña via Instagram con más de 70000 aplicantes, las fashionistas nos comparten mini-videos de los más prestigiosos desfiles en tiempo real y ahora Cara Delevingne y Kim Kardashian anuncian "proyectos secretos" por ese medio. La moda y el arte están más dinámicos que nunca en esta era digital.
¿Interesante? Referencias:
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